Ponemos a vuestra disposición la primera biografía, no mera reseña biográfica, de San Antonio M. Claret, publicada al año siguiente a su muerte.

El autor, D. Francisco de Asís Aguilar, amigo personal del santo, y posteriormente obispo de Segorbe, fue reconocido publicista, experto en historia y biografía eclesiástica. Conocida su competencia en estos campos, los Misioneros pensaron enseguida en su influencia y en su pluma para dar a conocer la verdadera figura de su Fundador.

El 4 de noviembre de 1870 el P. Clotet le enviaba desde Prades, para que los publicase, unos apuntes biográficos sobre Claret, fallecido once días antes. D. Francisco Aguilar los hizo publicar de inmediato en tres revistas diferentes. Pero, no satisfecho con ello, el 30 de noviembre escribía al P. Clotet: “deseo hacer un trabajo bastante completo para desvanecer todas las calumnias y dejar en la vergüenza a los detractores, dejando para Vd. el escribir la vida piadosa y de la gracia”. Tal propuesta fue acogida con agradecimiento por la Congregación y se ofreció al Sr. Aguilar cuanto material fue posible para la tarea.

Contó, pues, el Sr. Aguilar con la Autobiografía de Claret (fue de los primeros en conocerla), con informes que solicitó a numerosas personas que le había tratado directamente, y con sus abundantes recuerdos personales. A velocidad de relámpago, la obra fue apareciendo por entregas en la revista La Ciudad de Dios a lo largo de 1871, hasta que al final de dicho año se publicó el volumen completo. Tan documentado y fresco estudio es fuente obligada para conocer la persona y obra de Claret; y su orientación reivindicadora del honor del santo misionero frente a escritos pseudobiográficos y difamatorios (de Olózaga, Funes y Lustano, E. Blázquez..) no merma su equilibrio, objetividad y solidez.

Severiano Blanco Pacheco, cmf.

D. Francisco de Asís Aguilar

Nació en 1826 en la ciudad de Manlleu (Barcelona), a 9 kilómetros de Vic. Hizo sus estudios en el seminario de Vic y en la universidad de Barcelona, donde se licenció en ciencias naturales. Conoció al P. Claret durante sus años de seminarista, y en abril de 1850 le acompañó en viaje desde Barcelona a Gerona, donde Claret predicó su última misión antes de marchar a Cuba. Se ordenó sacerdote en 1854.

Siendo profesor del seminario de Vic, en 1863 fue llamado por el P. Claret al Escorial, donde permaneció escasamente dos años como director del colegio de segunda enseñanza y profesor del seminario; en 1868-69 enseñó de nuevo en dicho colegio. En 1865 fundó en Madrid el Colegio Mayor “Santo Tomás de Aquino” y en 1875 el Colegio Mayor de Estudios Católicos, de efímera duración. De 1878 a 1880 fue rector del seminario de Córdoba, y en 1880 fue consagrado obispo de Segorbe. En junio de 1897 presidió en Vic, junto con el obispo de la diócesis y el abad de Fontfroide, las solemnes exequias en honor del P. Claret al ser trasladados sus restos del monasterio cisterciense a la ciudad levítica.

Como escritor, se distinguió en el campo de la apologética y la biografía. Publicó un Compendio de Historia Eclesiástica General (2 vol.; 1874), y otras obras de menor envergadura, como De qué sirven las monjas (18692), Errores históricos (1880), Noticias de Segorbe y su obispado (1890). Colaboró en varias publicaciones periódicas, desde las que combatió enérgicamente las teorías evolucionistas, el liberalismo y la masonería.

Severiano Blanco Pacheco, cmf.

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