Claret
Era un niño sumiso y respectado,
catalán de Sallent y tejedor;
el Señor le miró con dulce amor,
y en su Casa lo quiso y a su lado.
De pequeño, del lecho- !preocupado!
Se alzaba sacudido y pensador…
indagaba y se decía, con terror:
¿Por qué tantos, Señor, van extraviados?
De Cristo fue ungido y misionero.
Hombre humilde, alegre y sin dinero,
Apóstol y Pastor, Mártir de Holguín.
Fue un fértil escritor, Místico y Guía,
Heraldo de Jesús y de María,
un profeta de Dios, de fe un clarín.
Jesús Aramendía, cmf
Las Cumbres