30 de marzo
«…Me dirijo al Señor y le digo con todo mi corazón: ¡Oh Señor mío, Vos sois mi amor! ¡Vos sois mi honra, mi esperanza, mi refugio! ¡Vos sois mi vida, mi gloria, mi fin! ¡Oh amor mío! ¡Oh bienaventuranza mía! ¡Oh conservador mío! ¡Oh gozo mío! ¡Oh reformador mío! ¡Oh Maestro mío! ¡Oh Padre mío! ¡Oh amor mío!» (Aut 444.6).
DIOS, MI TODO
Este texto fue redactado en el siglo XIX, y por Claret, quien nunca presumió de dominar con brillantez la lengua castellana. Por lo demás, desde la época del barroco, el lenguaje de la espiritualidad se había vuelto recargado y, a veces, meloso y «sensiblero».
Lo que predomina en estas expresiones de Claret es la «pasión», su corazón lleno a rebosar. (más…)